martes, 22 de octubre de 2013

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Hace un año tomé varias decisiones que cambiaron mi vida... pero como siempre... es mejor arrepentirse de lo hecho que de lo que no se hizo y la verdad es que no me arrepiento de nada de cada una de las maravillosas cosas que hice en este tiempo... han sido momentos de felicidad como nunca imaginé pero también de tristeza infinita ... sé que al final las dos están ahí, juntas, tomadas de la mano y que en la tristeza es cuando, si lo permitimos, la creatividad llega... aquella que no deja que te sueltes ni por un momento de esta carrera intensa que es la vida!!!

Tan solo gracias al universo por el maravilloso regalo de existir...

viernes, 11 de octubre de 2013

Al final de este viaje (Silvio Rodríguez)

Al final de este viaje en la vida quedarán 
nuestros cuerpos hinchados de ir 
a la muerte, al odio, al borde del mar. 
Al final de este viaje en la vida quedará 
nuestro rastro invitando a vivir. 
Por lo menos por eso es que estoy aquí. 

Somos prehistoria que tendrá el futuro, 
somos los anales remotos del hombre. 
Estos años son el pasado del cielo; 
estos años son cierta agilidad 
con que el sol te dibuja en el porvenir, 
son la verdad o el fin, son Dios. 
Quedamos los que puedan sonreír 
en medio de la muerte, en plena luz. 

Al final de este viaje en la vida quedará 
una cura de tiempo y amor, 
una gasa que envuelva un viejo dolor. 
Al final de este viaje en la vida quedarán 
nuestros cuerpos tendidos al sol 
como sábanas blancas después del amor. 

Al final del viaje está el horizonte, 
al final del viaje partiremos de nuevo, 
al final del viaje comienza un camino, 
otro buen camino que seguir 
descalzos contando la arena. 
Al final del viaje estamos tú y yo intactos. 
Quedamos los que puedan sonreír 
en medio de la muerte, en plena luz. 


jueves, 3 de octubre de 2013

Canción de la vida profunda


Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútiles monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
(¡niñez en el crepúsculo! ¡Lagunas de zafir!)
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.

Mas hay también ¡Oh Tierra! un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables

¡un día en que ya nadie nos puede retener!


Porfirio Barba Jacob