jueves, 14 de noviembre de 2013

Un año después...


Este año se ha pasado volando. El 15 de noviembre llegué al DF absolutamente perdida dentro de mis emociones de tristeza, emoción, miedo ... hoy, un año después, el balance de lo recibido es maravilloso. Dejé en Colombia 37 años de mi vida, a mis grandes amores, a mi mamá, a mis gaticas.  Llegué a México con las manos vacías y listas para recibir todo lo que venía y sí... he recibido mucho.  Nada de lo que planeé fue lo esperado en realidad, tuve meses difíciles, sentí la soledad en todos sus aspectos, puedo decir que en este año he llorado más de lo que en los 37 años de mi vida (parece que las tuberías tapadas se destaparon definitivamente) pero también he reído a carcajadas y he aprendido a valorar cada pequeña cosa que pasa día tras día.


Justamente durante la semana anterior me vi una película inglesa, About time que me generó tantas emociones como las que he recibido en este año ... tantas que en la misma semana la vi dos veces. Al salir de la función me pregunte ¿qué cambiaría de este último año si, como el pelirrojo de la película pudiera devolverme en el tiempo? y la verdad es que mi respuesta sería que absolutamente nada. Mentiría si dijera que no he tenido malos momentos... y sí que los he tenido! Pero sé que cada instante malo ha sido también el inicio de algo maravilloso, hoy luego de varios meses comprendo muchas de esas cosas que dicen por ahí como que, hay que desocupar la copa para recibir más!; hay que soltar para recibir!,  hay que fluir con la vida! y por supuesto  todo pasa por una razón! aunque en el instante solo sintamos rabia, tristeza, dolor, impotencia, no comprendamos y no aceptemos... definitivamente TODO pasa porque hay algo más que encontrar en el camino.

Este ha sido el año de mi renacimiento, el inicio de una nueva vida en la que he aprendido mucho de la fe en mi misma, de mi fortaleza interior, de mi capacidad de conseguir lo que quiero. Aprendí con dolor que hay que perder para ganar y que al final el balance es que nunca pierdes... lo que tiene que estar contigo esta, lo que se tiene que ir se va y lo que regresa lo hace para quedarse.  He fortalecido varios lazos importantes y también he construido grandes amores a la distancia lo cual me confirma que para construir la distancia no es importante... México ha sido para mí el espacio perfecto para comenzar sin dejar de lado ningún detalle, he aprendido a valorar una mañana soleada, la primera tarde de lluvia, los primeros lazos de amistad. A veces la vida simplemente nos pasa sin que seamos conscientes de la maravilla que es, hoy doy las gracias por tener esta oportunidad de escribir una nueva historia.

En este país he aprendido de paciencia... si señores es una virtud que debo reconocer que he ido aprendiendo a incorporar dentro de mí, pero bien sé que aún falta mucho camino por recorrer en este sentido. Durante estos meses he revivido algunos instantes difíciles de mi vida, aquél instante en que creo, me volví adulta cuando la vida me atropelló y asumí las riendas no solo de mi vida sino la de quien estaba y permanece a mi lado, mi mamá a quien tanto extraño y a quien espero con unas inmensas ganas de darle un abrazo y mostrarle aquello que le prometí hace poco más de un año... nuestra nueva casa... el hogar que hoy intento construir pero esta vez tal y como lo soñé... tal y como yo lo decidí.

A México llegué a trabajar, sí, en la Conabio, ese lugar maravilloso que veía a lo lejos cuando estaba en Colombia y del cual hoy hago parte con mucho orgullo ... ver al doctor Sarukhán me llena de alegría, saber que aunque él no sea consciente de quién soy yo, trabajo en la Comisión que él coordina. Aunque llegué a trabajar realmente los aprendizajes son innumerables... sé que hay muchos que pienso cada día mientras camino hacia la oficina, muchos que no recordaré en este instante para escribirlos en este espacio de mi blog.

Tan solo quiero dejar constancia de un día que para mí es como mi cumpleaños, como mi nacimiento y de este año que sé que recordaré el resto de mi vida con mucho amor, con la alegría y el orgullo de saber que los sueños se cumplen, que las luchas aunque haya días que parezcan sin sentido valen totalmente la pena... el 15 de noviembre de 2012 es el día en que comencé realmente a luchar por mis sueños de vida y a asumir las riendas de lo que quiero que sea el resto de mi existencia.

Hoy soy muy feliz y tengo que darle las gracias a cada persona que ha estado presente en estos días y noches.... pero particularmente a quienes en la distancia me han apoyado todo el tiempo: a mi mamá, a mi onti, a Suz y a mi amore...  a Susana que pasó conmigo una semana maravillosa en el DF, son sin duda seres que me han enseñado muchas cosas pero particularmente me han ayudado a ser más fuerte en los momentos difíciles... porque sí, hay instantes en la vida en los que necesitamos ayuda de aquellos que nos aman.

A las personas que me recibieron con cariño en México: a Fran a quien le debo la oportunidad maravillosa de estar acá y por consiguiente todos mis aprendizajes, a Nan quien siempre está ahí para ayudarme aunque sea tan latosita, a Clau con quien continúo aprendiendo muchas cosas y quien me ha enseñado mucho de lo que admiro y aprecio de la cultura mexicana, a Astrid que me ofreció la oportunidad de tener un hogar desde febrero hasta hoy y a mi Rosita quien junto con Valeria se convirtió en mi familia en este lugar.

He conocido nueva gente linda... lugares maravillosos... colores que me enamoran cada día más de este lugar.... y también añoro cosas de mi Colombia a la que algún día espero regresar y disfrutar mucho más que antes porque hoy soy más consciente de lo hermoso que es mi país y de cada cosa que tan solo tendré allá...

Para terminar simplemente gracias ... gracias a quienes me apoyaron, a quien llegó conmigo y permaneció poco como las mariposas efímeras, a quienes se quedaron y por supuesto a quienes llegaron o regresaron para quedarse, mil y mil gracias... gracias a la vida por darme tantos regalos maravillosos... gracias a quien se tome el tiempo de leer mis escritos y de acompañarme aquí o allá... definitivamente eso se siente en el corazón.