jueves, 7 de marzo de 2013

La ternura...

Llevo tiempo sin escribir... a veces falta de ganas, a veces muchas ganas de decir cosas que es mejor no publicar... en tiempos de tristeza a veces se hace daño, se causa dolor a quien más amas... un dolor que puede resultar incurable y que no es lo que quiero. Hoy me preocupo por transformar todo lo triste y doloroso en amor... regalárselo al universo y recibir amor!!!

Estuve pensando en las razones que me hacen sentir ternura y descubrí que el corazón de un niño puede hacer que la vida tenga un color diferente... sencillamente un color. En los últimos meses he tenido la oportunidad maravillosa de interactuar con niños... qué raro! nunca creí que eso fuera posible pero sí... a falta de uno tres bonitos niños han llegado a mi vida en casi el mismo número de meses.

Dos bellos enanos a quienes amo y extraño con locura... sus sonrisas, gritos, continua demanda de atención, sus juegos, sus abrazos, su calor en las noches hoy me sacan risas y lágrimas pero me enseñaron gran parte de lo que hoy se del amor incondicional, de ese que siempre he creido que existe y que te permite ser capaz de todo y disfrutar la simpleza de una sonrisa. Hoy ellos no están conmigo... y los extraño mucho, se que siempre los recordaré como uno de los más maravillosos regalos que he tenido en mi vida.

Ahora... Valeria... toda una princesa con quien debo reconocer que me ha costado trabajo interactuar, pero sé que el problema es mi miedo a encariñarme y volver a estar vacía... sin embargo, extraña y maravillosamente cuando me suelto logro sonreir y ser feliz al lado de tan pequeño ser... logro experimentar la maravillosa sensación de protección y de cuidado que sentía hace unos días, con esos otros dos enanos que sí... se robaron mi corazón!!!

La conclusión es que verdaderamente los niños son un mundo diferente y con gusto permitiría que esos dos chiquitos volvieran a robar mi corazón en algún momento de sus vidas.


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