No recuerdo cuándo te vi por primera vez … pero te recuerdo ahí, cerca y lejos, misteriosa…. a la entrada del departamento de biología, vestida de negro, con tu cabeza rasurada, con Meli, maravillosamente juntas. Unos años después hacíamos parte del mismo círculo de amigos, yo te escuchaba reír, veía tu maravillosa sonrisa… un día nos convertimos en confidentes, sin hablar, solo viéndonos a los ojos nos descubrimos y decidimos pasar parte de nuestras vidas juntas.
Me alegra haberte acompañado en el camino hasta tu partida a otro lugar…. no sé si cerca o lejos, lo que sé es que estás presente siempre en mi vida. Te fuiste sin saber que yo estaba buscando finalmente mis sueños…. esos que muchas veces supiste, y que estoy segura que querías que cumpliera, contigo aprendí que la vida podía ser muy corta pero extremadamente llena de pasión, pasión por lo que se hace, por lo que se cree, por nuestras búsquedas.
Recuerdo nuestras charlas sobre espiritualidad… sobre terapias alternativas, recuerdo cuando supe que estabas profundamente enamorada de ese hombre al que elegiste y con el que no tengo dudas de que fuiste feliz, ese que te acompañó hasta el último instante de vida… el mismo que me enseñó que las despedidas son de corazón porque así fue nuestra despedida…. de corazón.
Aún recuerdo ese domingo cuando recibí tu correo contándome de tu enfermedad y la angustia y tristeza que sentí de saberte al otro lado del mundo, quizás con miedo…. lloré tanto ese día, tuve miedo de perderte, hoy no estás pero sé que sigues acá, en mis recuerdos, en mis momentos de fortaleza y debilidad. Contigo, más que con cualquier otra persona en mi vida aprendí a estar presente en la distancia. Contigo aprendí tantas cosas…. pero sobretodo a tomar las riendas de mi vida y a hacer cualquier cosa que quiero hacer sabiendo siempre que el límite solo lo pongo yo.
Hoy mi vida es otra, tu partida también fue la mía, tomé mis cosas, saqué muchas, regalé otras, y guardé en un par de maletas mi ropa… hoy estoy en México y sé que nuestro único equipaje somos nosotros mismos. Cuando me levanto y camino y veo el verde y la ciudad a mis pies y ese maravilloso lugar en el que trabajo recuerdo tu inmensa sonrisa y sé que aunque no te gustaría vivir en una ciudad tan contaminada y ruidosa como esta, sonríes por mi felicidad…. sí, me separé de mi mamá tanto tiempo por primera vez en la vida y decidí hacer realidad mi sueño de salir de Colombia.
Tengo tantos recuerdos a tu lado… tantos días maravillosos… Villa de Leyva se convirtió en mi lugar preferido cuando lo conocí contigo, con tus ojos, con nuestros momentos de compañía… de compartir nuestras soledades. Por tí sé que hay personas con quienes tenemos un lazo que nunca se rompe, uno que no pesa a pesar de ser tan fuerte y grueso… un lazo maravilloso que hace que la vida a pesar de la soledad nunca sea solitaria, y mira, a pesar de tu muerte te sigo sintiendo conmigo.
Extraño escucharte, mantengo tu sonrisa en mi mente y eso me hace feliz, era tan bella como la mía… extraño nuestras ácidas charlas inclusive en los peores momentos, aún sabiendo de alguna manera que pronto te irías…. pero sí, hay un lugar en mi corazón y sobretodo en mi vida en el que siempre estarás, sé que algún día te encontraré en otra vida, quizás en la vida después de la muerte, extrañamente desde que te fuiste mi miedo a la muerte se ha ido también, a lo mejor el secreto está en que las personas a las que más amamos estén esperándonos al otro lado cuando crucemos la puerta, no lo sé!
Lo cierto es que hoy… un año y 6 meses después de tu partida a ese otro lugar que algunas veces pienso ¿cómo será? acá sigues, acá seguimos, presentes, ausentes, unidas…. solas pero no solitarias…. vivas en el recuerdo de los maravillosos momentos que pasamos juntas, de las risas y las no risas que compartimos. Tu llegada a mi vida fue, quizás, mi entrada a la búsqueda espiritual… mi comprensión de que la vida, el amor y otros demonios (como diría Gabriel García Márquez) son mucho más que aquello que vemos y por eso aunque te extraño realmente sé que estás ahí, aquí y allá compartiendo cada cosa maravillosa que me pasa, mis sonrisas, mis lágrimas, mis angustias y mis encuentros y desencuentros….
Hasta que nos reencontremos hermosísima….